El Peñarroya cedió de manera inesperada ante Farma Química Sur EGB Málaga, tras un partido en el que los de Santaella no supieron leer la particularidad de este choque hasta pasado el descanso.

El conjunto malagueño, fiel a su juego, salió sin complejos en la pista del Lourdes Mohedano, a la que se acomodó mejor que los peñarriblenses y fruto de ello se llevaron el primer periodo con relativa facilidad, (12-21). En los siguientes diez minutos nada cambió, el atasco local se acrecentó de un modo exagerado y la grada vivía con perplejidad como la desventaja continuaba ascendiendo para llegar al descanso, (19-39).

Un resultado muy complicado de asimilar pero una cura de humildad en todos los aspectos, tras los resultados positivos vividos en los últimos compromisos, estaba sucediendo. Con veinte minutos por delante todo puede ocurrir y el Peñarroya trató al menos de corregir el rumbo de una tarde aciaga minimizando las diferencias del electrónico, obteniendo escasa recompensa al final del tercer periodo, (42-58) y consiguiendo dar emoción en los instantes finales al disminuir la desventaja de forma notoria, (69-73) pero sin tiempo real poder desdecirse de una mala tarde.